domingo, 26 de septiembre de 2010

Júpiter cercano a la Tierra, a simple a vista.

Cientos de aficionados a la astronomía se juntaron anoche (sábado 25 de septiembre de 2010) en el Planetario de Buenos Aires para ver “de cerca” a Júpiter. Este planeta y la Tierra se alinearon y quedaron a una distancia inédita de 592 millones de kilómetros, hecho que no sucedía desde hace 47 años, y que recién volverá a ocurrir en 2022. Muchos curiosos se acercaron con gran expectativa para ver a Júpiter a través de los potentes telescopios y también por la pantalla gigante que se instaló. Además, hubo charlas didácticas dentro de la sala de espectáculos.

En estos días, Júpiter se encuentra a su mínima distancia de la Tierra, algo que no ocurre desde hace 47 años. Si bien el planeta más grande del Sistema Solar puede distinguirse siempre a simple vista, esta vez se verá más brillante.

El fenómeno se llama oposición , y tiene lugar cuando un planeta se ubica exactamente opuesto al Sol en el cielo, es decir, del mismo lado de su órbita que la Tierra respecto del Sol. En estos casos, la distancia entre ambos planetas es mínima en todo un año.

Las oposiciones entre la Tierra y Júpiter se producen cada 13 meses.

Sin embargo, como las órbitas de ambos planetas no son perfectamente circulares, ni tampoco perfectamente concéntricas, esos acercamientos no son siempre iguales. Hay oposiciones “mejores” y “peores”. Y la brecha entre ambos planetas varía de 591,5 a 676 millones de kilómetros. En consecuencia, el brillo y el tamaño aparente de Júpiter también varía.

La actual oposición de Júpiter es inmejorable, con el planeta a casi 592 millones de kilómetros de la Tierra . Equivale a unas 1.500 veces la distancia a la Luna, pero la Tierra y Júpiter no

pueden acercarse mucho más que eso. La última vez que Júpiter estuvo tan cerca de la Tierra fue en octubre de 1963, hace 47 años. Y no volverá a estarlo hasta septiembre de 2022.

Júpiter es de por sí un astro muy brillante, fácil de ver “a ojo desnudo”. Pero en estos días está más llamativo que nunca. Asoma por el horizonte del Este minutos antes de las 19, y va ganando altura con el correr de las horas. Hacia las 22 ya se ubica a 40° de altura sobre el horizonte Nordeste. Su intenso brillo lo hace inconfundible, al punto de que supera por mucho a las estrellas más notables del cielo.

El planeta alcanza su mayor altura sobre el horizonte hacia la una de la madrugada, cuando “transita” por el norte, a unos 60° de altura. Es la mejor hora para observarlo, a simple vista y sobre todo con telescopios.

Luego comienza a desplazarse hacia el Oeste, para ocultarse por el horizonte con la salida del Sol.

En realidad, el momento exacto de la oposición fue el martes 21 a las 8.35 de la mañana, es decir, de día y con Júpiter por debajo del horizonte. Y en la noche del martes 22, Júpiter brilló a unos pocos grados de la Luna llena, iniciando un espectáculo histórico.

Con telescopios medianos, Júpiter se presenta del tamaño de una moneda, con sus cuatro grandes lunas –Io, Europa, Ganímedes y Calisto–, que muestran un brillo superior al normal y pueden apreciarse incluso con binoculares.

Se ven con claridad las tradicionales bandas y cinturones amarronados de Júpiter (grandes franjas de nubes que circulan en la alta atmósfera del planeta), sus regiones polares más oscuras, y también la Gran Mancha Roja, ese colosal huracán del doble del diámetro de la Tierra, observado por los astrónomos desde hace más de tres siglos. Un detalle especial es el “retorno” del Cinturón Ecuatorial Sur, una superestructura nubosa que fue desapareciendo gradualmente a fines de 2009, y que ahora está con signos de regeneración.

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